El crecimiento de las personas es progresivo gracias a experiencias nuevas y positivas por ello es importante continuar estudiando o aprendiendo manualidades, pues supone alimentarse de ilusiones y mantenerse ágil mentalmente. Pero también es importantísimo tener un buen hábito de lectura, pues esta actividad contribuye a nuestro crecimiento intelectual y profesional.
El buen hábito de leer, ayuda al desarrollo intelectual de quien lo acostumbra, leer un buen libro, un buen tema, una buena historia, o un documento que plasme situaciones encaminadas al desarrollo intelectual y profesional, sí que es un verdadero tesoro.
Con una buena lectura podemos enriquecer nuestros conocimientos, nuestra capacidad de análisis, mejorar nuestro vocabulario y naturalmente mejorar nuestra ortografía, también quien acostumbra leer desarrolla la habilidad de comunicarse y expresarse de manera más eficiente. Pero tenemos que ser conscientes de que, en realidad, hacemos una buena lectura; por que leer por leer no significa nada, pues leer es analizar, interpretar, razonar, discurrir, reflexionar, meditar, pensar, deducir, comprender, entender, analizar, argumentar, inferir, inducir, etc. todos procesos donde ponemos en juego nuestras experiencias, modos de ver el mundo y eso es verdaderamente un gran tesoro.
Esta actividad es poco practicada; en los programas de estudios de secundaria se incluyen el estudio de obras literarias para fomentar la importancia de la lectura, pero la realidad es otra, los estudiantes la realizan forzada y mecánicamente por la calificación a obtener, no por cultivar el hábito de leer. Cada vez observamos con sentido de urgencia el fomentar una cultura de lectura en los estudiantes y en especial que los profesionales la retomen, pues la ciencia y la tecnología avanzan a pasos agigantados y a través de la lectura nos mantendremos actualizados, incluso utilizando las nuevas herramientas con libros electrónicos.
Cualquiera que sea el recurso con que acostumbremos leer sería provechoso hacerlo mínimo una hora al día; un lector informado y medianamente culto lee un libro al mes, una revista a la semana y el periódico diariamente, con ello no sólo está enterado y al día, sino que mueve y mantiene en forma su maquinaria intelectual.
Hagamos ejercicio físico, mantengamos nuestro organismo saludable, pero también sentémonos a leer, cultivemos el hábito de la lectura, tengamos la afortunada experiencia de leer y valoremos el trabajo de esas personas que se dedican a escribir y hacer libros, ya que contribuyen a nuestro desarrollo intelectual y adquirir nuevos conocimientos.
Un libro no es un conglomerado de papel con textura o partes y letras impresas ordenadamente, es la ventana abierta al conocimiento, a la sabiduría, al ejercicio intelectual y a nuestro crecimiento y desarrollo humano.